Testimonio de la Encarnación

ELECCIÓN DE VIDA

José Luis (Dimas) Antuña en Ejercicios Espirituales

Dimas Propósito  19 Marzo 1942

+ Escrito sobre el Misal ¡S.J.![1]

Hoy, día 19 de Marzo de 1942, después de haber oído la Santa Misa y comulgado en ella, en mi casa, Paseo Colón 315, solo, habiendo encendido la lamparina de la Virgen y alimentado con cera la imagen del Patriarca, habiéndome puesto en oración quedando un rato de rodillas en presencia de Dios, poniéndome especialmente bajo la protección del Patriarca y luego de rezar sus letanías, he renunciado al Banco[2] y he leído de pie, delante de la imagen del Patriarca la renuncia, recitando luego con lágrimas y gran alegría de alma, el Trium Puerorum[3]. Queda delante de Dios mi determinación de irme del Banco y a Montevideo, para dedicarme a una vida interior /al reverso/ y de oración, para hacer penitencia de mis pecados, para buscar la limpieza del corazón y la soledad de mi alma, y para cumplir con la vocación de mi vida, de dar testimonio a la Encarnación escribiendo mis libros

Inter Convivas

Señor San José

Vida de San Dimas

Aula lucis

El Pater

El Bautismo

Y los Poemas

Santa Teresa, san Dimas, Sta. María Magdalena, mis santos Ángeles de la Guarda, Rafael, Gabriel y Miguel, mi Señor y Padre San José y la Bienaventurada Virgen me reciban. Amén. Dimas.


[1] Hoja de agenda perforada y lineada escrita a mano por ambos lados.

[2] El Banco de la Provincia de Buenos Aires en el que era empleado

[3] Cántico de los tres jóvenes en el horno, Libro del Profeta Daniel 3, 51-90

Colocación de la lápida recordatoria

de JOSÉ LUIS [DIMAS] ANTUÑA GADEA

en el Panteón de la familia Antuña

Montevideo – Cementerio Central – 14-11-2O15

Inés y Carolina Cibils, Isabel Antuña, Isabel Piquerez, Padre Horacio Bojorge S.J.

RESPONSO:

Sacerdote y Todos: Se persignan: En el Nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo + Amén.

Sacerdote: Queridos hermanos, hoy nos reúne Dios nuestro Padre celestial, de quien viene toda paternidad en los cielos y en la tierra, junto al panteón familiar donde descansan los restos de aquellos de quienes recibimos la vida terrenal y la fe católica.

Oremos pues por ellos con la oración de la Iglesia por el alma de sus fieles difuntos.

Sacerdote: – El Señor está con Ustedes.

Fieles: – Y con tu espíritu.

Sacerdote: – Oremos: – Escucha en tu bondad, Oh Padre, nuestras súplicas ahora que imploramos tu misericordia por tus hijos, a quienes has llamado de este mundo y cuyos cuerpos descansan en este panteón de nuestra familia aguardando la resurrección.

– Dígnate purificar sus almas de toda pena merecida por las culpas incurridas durante su vida en la tierra; llévalos al lugar de la luz y de la paz en el gozo definitivo de los que ya viven en tu abrazo eterno recibiendo de Ti tu plenitud de Vida divina.

– Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo que vive y Reina contigo en la Unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Todos: Amén

Sacerdote: Hagamos nuestros los sentimientos de confianza que expresa el salmo 22 que vamos a cantar. Es la plegaria del cristiano que atraviesa confiado los oscuros valles de la muerte porque los que pasó antes el Hijo de Dios, Jesucristo, nuestro Pastor eterno.

R./ El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.

El Señor es mi pastor ¿Qué_me puede faltar?

En praderas de hierba y de verdor,

él me lleva a descansar.

Me conduce a las fuentes de quietud

Y mi alma reconforta,

R./ El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.

Él me guía por senderos de justicia,

Para gloria de su nombre.

Aunque pase por los valles de la muerte,

ningún mal temeré.

Tu cayado y tu bastón me sosiegan

porque tú_vienes conmi-igo

R./ El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.

Tú preparas una mesa ante mí 

frente_a mis enemigos;

Tú perfumas con óleo mi cabeza,

Y mi co-opa desbo-orda

R./ El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.

Me_acompañan siempre Señor

Tu amor y tu bondad

Y_habitaré en la casa del Señor

Por_los siglos de-los si-iglos. —>

Lector: Lectura del libro de la Sabiduría (3,1-4)

La vida de los justos está en manos de Dios y ningún tormento les afectará. Los insensatos pensaban que habían muerto; su tránsito les parecía una desgracia y su partida de entre nosotros, un desastre; pero ellos están en la paz. Palabra del Señor.

Fieles: Demos gracias a Dios.

Sacerdote: Renovemos nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro deseo de la resurrección para el abrazo eterno con el Padre en la vida eterna. En esa esperanza fallecieron los difuntos cuyos cuerpos descansan aquí. Ellos pusieron su esperanza en el Señor y no se verán defraudados. Proclamémoslo con las palabras del justo Job:

Sacerdote: – “Yo creo que mi Redentor vive

y que, al final de los tiempos, he de resucitar del polvo.

Y en esta carne mía, contemplaré a Dios, mi salvador”

Fieles: – “Lo veré yo mismo y no otro,

con estos mismos ojos míos, lo veré y contemplaré”

(Job 19. 25)

Sacerdote: Antes de proceder a bendecir esta lápida, recordemos a José Luis (Dimas) Antuña, en cuya memoria la depositaremos aquí. Elijo un texto inédito suyo escrito en la solemnidad de San José, porque nos devela rasgos secretos de su vida interior: su devoción a San José, y su deseo de consagrar su vida a dar testimonio de los grandes misterios de la fe católica. El texto está escrito en una hojita de agenda perforada, lineada, escrita a mano por ambos lados.

+ Escrito sobre el Misal ¡S.J.!

Hoy, día 19 de Marzo de 1942, después de haber oído la Santa Misa y comulgado en ella, en mi casa, Paseo Colón 315, solo, habiendo encendido la lamparina de la Virgen y alimentado con cera la imagen del Patriarca, habiéndome puesto en oración quedando un rato de rodillas en presencia de Dios, poniéndome especialmente bajo la protección del Patriarca y luego de rezar sus letanías, he renunciado al Banco y he leído de pie, delante de la imagen del Patriarca la renuncia, recitando luego con lágrimas y gran alegría de alma, el Trium Puerorum1.

Queda delante de Dios mi determinación de irme del Banco y a Montevideo, para dedicarme a una vida interior /al reverso/ y de oración, para hacer penitencia de mis pecados, para buscar la limpieza del corazón y la soledad de mi alma, y para cumplir con la vocación de mi vida, de dar testimonio a la Encarnación escribiendo mis libros [el subrayado es nuestro]:

Inter Convivas, Señor San José, Vida de San Dimas, Aula lucis, El Pater, El Bautismo, Y los Poemas.

Santa Teresa, san Dimas, Sta. María Magdalena, mis santos Ángeles de la Guarda, Rafael, Gabriel y Miguel, mi Señor y Padre San José y la Bienaventurada Virgen me reciban. Amén. Dimas.

Sacerdote: Oremos

¡Oh! Dios y Señor Nuestro!

Tú que conservas en los corazones de tus fieles

La memoria agradecida

de los que nos precedieron en el camino

hacia el abrazo contigo en Tu vida eterna

– abrazo del que creemos que goza ya tu hijo José Luis Dimas –

te pedimos que bendigas esta lápida

que hoy depositamos sobre su sepultura y que yo bendigo en tu Nombre

Padre + Hijo + y Espíritu Santo.

Que esta lápida les recuerde a cuantos la lean en el futuro

el ejemplo que nos dejó José Luis Dimas con su santidad de vida

y con las piadosas enseñanzas que nos legó en sus escritos.

Que su recuerdo nos mueva a conversión a Dios y a santidad de vida.

Fieles: ¡Amén!

1Cántico de los tres jóvenes en el horno, Libro del Profeta Daniel 3, 51-90