PILA DE MI BAUTISMO
poema[1]
Argumento. El poeta (primera parte) contempla la capacidad sacramental que tiene la Iglesia para dar nacimiento a los hijos de Dios, en las relaciones místicas del octógono y la circunferencia y en el doble símbolo de la piedra y el agua que presenta la pila del bautismo. Un diálogo (parte segunda), mas no ya in ecclesia sino individual y trágico ocurre entre el bautizado y su bautismo. La vida en Cristo interroga y tres formas de apostasía le responden: por furia anti-cristiana, por desprecio de la gracia y por perfidia. Pero (parte tercera) nada de esto impide los efectos positivos del bautismo para los hijos de Dios, y de ahí los temas finales: el proceso del crecimiento, el misterio pascual, el himno del despojo y la elegía dichosa de los que se pierden en Dios.
I
1
PILA de mi bautismo,
circunferencia y octógono,
sepulcro de piedra y fuente
de la resurrección:
aquí nos engendra el Verbo,
aquí la Iglesia concibe.
Conforme al Pez, pececillos
nacen del agua.
La corriente los gobierna,
el cristal los ilumina
y un brote dentro de ellos, vena viva,
los vuelve al padre.
2
Nacen lo hijos,
nacen del agua.
Nacen del bautismo
semejantes al Hijo.
Semejantes al Hijo
los que nacen de esta agua
han muerto, y viven.
Santo Sepulcro,
aquí muere el hombre
y se levanta Cristo.
Fuente de piedra, de vida,
aquí concibe la Iglesia,
como la Virgen.
Concibe del Espíritu
y los que nacen de esta agua
han muerto, y viven.
3
Pila de mi bautismo,
circunferencia y octógono:
sin principio es el principio
y da novedad de vida.
Entre las caras de un ocho
la piedra ha encerrado al círculo:
misterio de novedad,
misterio de Dios en Cristo.
Circunferencia y octógono,
descúbreme tu dibujo. . .
Sin principio es el principio
y da novedad de vida.
Vejez del hombre, que muere,
de aquí se levanta Cristo:
los que nacen de esta piedra
nacen porque resucitan.
4
Pila de mi bautismo,
los que nacen de esta agua
llevan el Espíritu.
Pila de mi bautismo,
yo sé que en tus hijos
hay un agua viva.
Realidad de aquella piedra
que seguía a los antiguos,
piedra y agua nos reciben,
piedra y agua comunican.
La piedra nos va siguiendo,
el agua nos ilumina:
el agua el agua en la pila,
ahora es agua viva.
5
Pila de mi bautismo,
enséñame teología:
dame la luz en el agua
tú que das el agua viva.
Tu gramática es de piedra,
tu dialéctica es un diálogo. . .
Pila de mi bautismo
enséñame a leer.
-Circunferencia y octógono
son el alfa y el omega:
como los ciegos que leen
puedes palpar estas letras.
Mas, entre estos dos extremos
está la obra de Dios
en el agua dividida
y en el aliento que escribe.
De la enseñanza que entrego
parte es arista de piedra,
lo demás es aire, es agua. . .
Quizá un niño, la sorprenda
y, de fijo, sólo un niño
tiene voz para decirla.
6
Pila de mi bautismo,
enséñame teología.
Toma mis manos de ciego
para palpar estas letras
y toma mi voz de niño:
Que aquel niño que repite
lo que la madre le enseña
decía, con voz de niño:
-El Padre envía a su Hijo
y el Hijo nos da el Espíritu.
Piedra viva y agua viva
son las personas enviadas.
Misión de los dos Paráclitos
y voz del Padre que envía:
circular es el origen
y da novedad de vida.
Con la mano que divide
el agua en forma de cruz,
las salidas de la muerte
abre la Sabiduría:
y luego la letra psi
queda sobre el haz del agua,
testimonio de la boca
que sopla y nos da el Espíritu.
7
Pila de mi bautismo,
¡ ya empieza la procesión!
Eres matriz, eres fuente.
La mano que vierte el agua
hacia las partes del mundo
de ti desata los ríos,
y cantan, las letanías,
y salen, todos los santos,
y el vivo comunicantes
se origina de tu seno
y a todos nos entrelaza.
Si tienes los cuatro ríos,
si eres la fuente perdida,
si das de beber al cielo,
si riegas el paraíso,
Pila de mi bautismo,
¿ quién puede impedir el agua?
Dime tu virtud.
8
Y decía la voz del niño:
-Mi virtud es de un bautismo.
Antes de enseñar al mundo
la luz descendió a las aguas
y quiso ser bautizada.
Yo tengo de aquel Jordán
el baño que regenera,
y, de sus cielos abiertos,
restitución de la herencia.
Contacto de cera virgen
guarda de su carne el agua,
y de la unción que lo unge
óleo y crisma se derrama.
Si mi virtud incorpora,
si mi virtud forma el cuerpo,
es porque de su cuerpo
recibo yo mi virtud:
que aunque el cielo está en mis aguas,
yo soy carne de su carne
y tierra, que el hombre es tierra.
II
1
Pila de mi bautismo, cielo
¿ y tierra?
(Ya se fue la procesión).
Espejo de transparencia,
ya se fue la procesión
y no sé si eres cristal
o estás puesta como un lazo.
No sé si das a beber
o eres piedra de tropiezo.
Eres clara, eres oscura,
eres ojo, boca ciega.
Para el que cierra los ojos
y oye, tu lección canta.
Mas, para el que quiere argüir
te envuelves y te repliegas.
Si la Iglesia te rodea
cómo luces, cómo irradias,
cómo enseñas, cuánta luz. . .
Si alguno te mira a solas
¿ qué no eres?
Espejo. Nudo.
Rayo de luz. Asechanza.
Cristal circular del cielo
o el ombligo. . .
Pila de mi bautismo,
¿ cómo seguir tu dialéctica?
Cielo y tierra,
¿ quién entiende esta lección?
2
Yo soy un misterio vivo.
Es tan hondo este repliegue
que nos da vida en el vientre
que sólo la misma vida que nos nutre
nos lo dice.
Si es tan secreta la unión
de la esposa y el esposo
que lo que une el amor
el amor sólo lo enseña-
cierra los ojos, y oye,
que El-que-oye habla al que oye.
¡Pero solamente oye
el que ya tiene al que oye:
el que ya tiene la unción
el que ya tiene la vida,
el que ya está en este lazo,
lazo de amor, lazo-abrazo,
el beso, el nudo sagrado,
origen para nosotros de la limpieza del cielo,
secreto oculto, en el alma,
del esplendor de la luz! . . .
Si tienes aquel Espíritu,
mi dialéctica es un diálogo.
3
-¡Qué arte de raciocinio!
Hablan el Padre y el Hijo
y tú recibes la vida . . .
¡Qué arte de raciocinio!
Hablan el Padre y el Hijo
y el Espíritu te sella.
Te hace cristo, te hace hijo.
¡Oh misterio de la Iglesia,
nudo, ombligo, lazo, abrazo,
canal de comunicantes! . . .
No me digas: ¿eres la luz
o la vida?
No preguntes: ¿eres espejo de paz
o la ruina?
Dime: Ojo del cielo y ombligo.
Dime: Círculo de transparencia y nudo.
Dime: Fuente de piedra y de vida.
4
-Mi dialéctica es un diálogo
pero un diálogo que engendra.
Ninguno puede seguirla
si la Persona que oye
no forma en él la palabra.
No quieras interrogarme,
búscame dentro de ti.
Si estás en Cristo eres hijo,
del Padre recibes vida
y en ti mi vida, es la luz.
Luz que nace, luz que llega,
novedad del : -Ecce, venio!
El misterio de la Virgen,
el:¿cómo puede ser esto?
Novedad que se descubre,
evangelio.
La sombra asombra, y se asombra
la sombra de ver que lleva
en su sombra aquella luz
que sólo habita en los cielos.
5
-La novedad de tu vida
es un misterio que crece.
Yo doy de beber al cielo,
por mí se llega hasta el mar.
De luz en luz, de fe en fe
recorrerás las mansiones
que unas a otras se miran,
y unas a otras se oponen,
y se llaman y conforman. . .
Faces de Dios y del hombre,
las faces del hombre en Cristo.
Esta fuente se divide:
reparte a siete, aun a ocho,
y tú no sabes qué forman
en tí, en esta vida nueva,
el soplo, la cruz, la sal,
la mano, el óleo, y el agua,
y el crisma, y la ropa blanca.
6
-Del agua recibes vida
mas no puedes ver tu rostro,
No sabes qué vida tienes.
(Yo soy espejo del cielo,
no tu espejo. . .)
Si quieres la vida, crece.
Si creces, tu vida es luz.
Mas, no sigas preguntándome,
mi respuesta eres tú mismo.
A mí me basta mi agua
mi alegría, mi dolor,
a mí me basta mi agua. . .
Soy fuente y canto ¡alleluia!
si veo salir a los ríos.
Soy madre y tengo dolor.
Este llanto, ¡oh este llanto!
Raquel que llora a sus hijos. . .
Este llanto es sin consuelo.
A mí me basta llorar.
7
Pila de mi bautismo,
¡madre nuestra!
¡madre mía!
-Cuatro hombres salieron de mí.
Todos dijeron: Renuncio.
Todos dijeron: Creo.
Todos dijeron: Quiero.
A todos les di la vida.
Pero uno se volvió loco,
otro fue hallado perverso,
otro mezcló mi agua.
Uno sólo la guarda.
Voz oída en Ramá:
¡el llanto de Raquel!
¿qué hicieron de su bautismo?
Se volvió contra el agua
el loco.
Veía negro y rojo,
quiso romper la pila.
Otro se alivió en ella.
La llenó de excremento,
la tomó por bacina.
Otro advirtió que era fuente
y quiso imitar el agua.
Ahora en un río extraño
remeda mi corriente. . .
Uno sólo guardó el misterio,
uno solo guardó la vida.
Quedó pura el agua en la fuente,
quedó pura en él. ¡Era un hilo
( alegría de Raquel,
de la que ve el principio),
era un hilo de agua aquel hijo!
Ahora ya es un río. . .
8
El llanto de Raquel,
voz oída en Ramá
¡sus hijos no son hijos!
Voz oída en lo alto,
grito de la que ve el principio,
de ella nacieron hijos
y no son hijos, sus hijos.
El llanto de Raquel,
la fuente llora a sus hijos.
Fue a dar a beber al cielo.
De ella nacieron ríos,
mas ¿quién guardó su bautismo?
Unos contra la Pila,
En locura, en inmundicia;
los otros contra el agua,
en perfidia.
Los hijos no son hijos:
-Je suis l´esclave de mon baptême
Rimbaud lo vio, y lo dijo.
Decirlo fue grandeza
decirlo ya es un grito.
Raquel llora ese grito,
Raquel que no quiere esclavos
¡ la visión del principio!
Pero en la voz de lo alto
no hay llanto solamente,
también hay alarido.
Si el llanto es sin consuelo
¿qué será el alarido?
Alza la voz y dilo;
alza tú la voz, y dilo.
A mí me basta mi llanto.
Di lo que no puede ser llorado.
9
¡Alarido, alarido,
por los prudentes y limpios!
¡Alarido por los que no están locos!
Alarido por los que callan
y saben bien dónde pisan.
Llanto por los que caen y tropiezan
y alarido
por los que no tropiezan.
Por los que ven y calculan.
Por la mano de Oza.
Por la boca de Judas.
Alarido por los que sostienen la pila
y pecan contra el agua, ¡solamente!
La piedra lleva el agua.
Todavía están juntos,
son una voz todavía
el llanto, el alarido.
Mi llanto es sin consuelo
a mí me basta mi llanto,
pero di tú lo que puede ser llorado.
Voz oída en Ramá,
el llanto será fuego.
Voz oída en lo alto,
no el llanto de Raquel,
la ira del Cordero.
Pecaron contra el agua,
sabrán lo que es la piedra.
Sabrán lo que es la piedra
levantada, erigida,
cuando la sola mano que ahora divide el agua
enjugue toda lágrima y divida
del llanto, el alarido;
del lamento, la ira.
10
Pila de mi bautismo,
madre nuestra,
¡madre mía! . . .
Fuente de piedra y de vida:
fuente de piedra ¡y de muerte!
De mis padres y padrinos,
y del párroco y la iglesia,
y de la tierra y del cielo,
y de mi ángel y los astros
¡ caen los dados!
Y desde Adán y Abraham.
¡Todos han echado suertes!
Al que vio el Padre en el Hijo
el Espíritu lo llama.
En tu mano está tu vida:
eres hijo y eres libre.
Si vives, te daré vida.
Te di agua, tienes lágrimas:
Si quieres la vida, ¡crece!
YO NO TENGO OTRA PALABRA.
III
1
Pila de mi bautismo, aquel río,
aquel río se acercó al mar.
Iba ciego por la fe
y con la caridad que ama
desnudo entró en aquella agua:
Y encontró los dos abismos,
que sólo cielos se extienden
cuando el agua se dilata . . .
Y cuando estuvo perdido
(él quería rodear la pila,
quería rodear el octógono),
oyó la voz que decía :
-¡Echado de delante de sus ojos
serás teólogo!
2
-Te arrastrará la ova que se enreda a tu cabeza,
arrojado de su vista, pobre ancla,
descenderás a las raíces de los montes,
y todas sus ondas y sus olas
rodarán sobre ti.
Rodeado de la corriente,
cercado por el abismo,
en el profundo
conocerás el mar innavegable,
y sabrás que eres hijo del bautismo.
Hijo de la señal,
de la única señal que fue dada,
la de Jonás el profeta,
llevarás todas sus ondas y sus olas. . .
Todas sus ondas y sus olas,
¡ redimido en esperanza !
Todas sus ondas y sus olas
SOBRE TI, ¡pobre ancla!
Mas se oía la voz del niño:
-El Padre previno al Pez,
Jonás quiere decir Paloma.
3
Pila de mi bautismo,
¿por qué me has traído a este mar
para perderme?
¿por qué me has traído a este mar
si me traga?
Perdió sus manos el ciego,
perdió el niño su palabra.
En este mar se han perdido
la lección que se recita
y aquella lección que canta.
Tu cristal es un relámpago
y el corazón desfallece.
Llegaron las aguas.
Han llegado las aguas.
Han llegado las aguas hasta el alma.
Las aguas eran el alma. . .
Y otra vez la voz del niño
que recita, recitaba :
-El Padre de su reposo
envía de sí a la paloma,
y la paloma desciende
y posa su pie en el ancla.
4
Aquella agua que refluye
del engendrado al que engendra;
aquella agua que atestigua,
aquella agua que nos baña,
como una viva corriente
pasaba adentro de mí,
aquella agua que decía:
-¡Eres hijo, ven al Padre!
Y otra vez la voz del niño
que recita, recitaba:
-Es obra de la clemencia
darnos este ser el Padre,
recibirnos en el Hijo,
imagen de la sustancia,
y decir a la criatura
que murió y nació del agua:
Hoy en mi seno has nacido,
hoy en mi seno descansa.
Te he recibido en la Imagen,
recibe la Semejanza .
5
Bodas
Pila de mi bautismo,
te has hecho mesa de piedra.
Llegó el tiempo de las bodas,
el pez lleva el canastillo,
el agua se trueca en vino.
Preparó el Padre el banquete
y el Espíritu a la mesa
nos reclina.
Llegó el tiempo de las bodas
y ¡cómo nos has vestido!
¡Qué nítida, la imagen!
¡Qué pura, la semejanza!
Nobleza de óleo en el cuerpo
y en la cabeza corona . . .
Llegó el tiempo de las bodas.
La luz que habita en el agua
pasa a la túnica blanca,
y la que es oro en la unción
nos da oro.
Se ha hecho corona el crisma,
oro puro, todos reyes.
En el cuerpo, luz dorada,
y, del óleo de alegría,
de aquel sello del Espíritu
(mirad si nos mira el sol),
hay luz impresa en la cara.
Llegó el tiempo de las bodas,
¡Alleluia!
El hombre se encuentra en Cristo,
se ve en Cristo, se halla hombre.
Sin vejeces, sin arrugas,
el hombre se ve a sí mismo
en su perfecta hermosura.
Se ve rey.
El alma se ve en el cuerpo,
el carácter en la cara.
La desnudez se hace luz,
el hombre se vuelve amado.
En los hijos de las bodas
el hombre descubre al hombre:
-Ecce, homo. ¡Alleluia!
-Ecce, homo. ¡El hombre es Dios!
Ungido, iluminado,
reluciente de luz . . .
Lo vimos, no era un ángel.
La desnudez lo vestía,
una desnudez de Cristo,
de cristal y oro puro,
de agua viva y unción.
¡Oh misterio de las bodas!
¿Quién puede impedir el agua
y quién dirá a Dios:¿Qué haces. . . ?
Que lo que Dios ha unido
el hombre no lo separe.
Oídlo, que es la verdad:
¡El hombre es Dios!, ¡el hombre es Dios!
¡Es el hijo de Dios!
Llegó el tiempo de las bodas,
comemos ya lo que somos.
-¡Embriagaos, carísimos, dioses soy
e hijos del Altísimo, todos!
6
Himno
Piedra que tienes el agua,
piedra que inscribes el círculo,
Pez-Cristo que nos prometes
ríos que brotan del alma,
En ti fuimos sumergidos
y la tierra nos rechaza.
Tuya es la Cruz y la Psi,
en ti la muerte y la vida.
De tu boca es aquel soplo
que mata y que da el Espíritu.
En ti fuimos sumergidos
y la tierra nos rechaza.
De tus manos y tus pies
hacia las partes del mundo
salen esos cuatro ríos
en que se vierten las aguas . . .
En ti fuimos sumergidos
y la tierra nos rechaza.
Contacto de cera virgen
guarda de tu carne el agua,
y de la unción que te unge
óleo y crisma se derraman.
En ti fuimos sumergidos
y la tierra nos rechaza.
Mas ¿cómo estamos orando
que no te pedimos nada?
El gemido sólo dice:
-Que el agua responda al agua.
El gemido sólo dice:
Danos lo que nos has dado.
El gemido sólo dice:
-Que aquella corriente viva
(vida que nos da tu vida)
brote de nuestras entrañas.
El gemido sólo dice. . .
Pero este gemido es himno,
es agua donde tú vienes,
agua que te glorifica.
Agua que dice en nosotros
(¡y cómo ilumina esta agua!):
Tuya es la Mano de lo alto.
Tuya es la Cruz y la Psi.
Por ti se abrieron los cielos.
Por ti vivimos del agua
Por ti ya somos del cielo
y la tierra nos rechaza.
7
Elegía
Locura de los cristianos:
son del cielo sin el cielo
y la tierra los rechaza.
Perdieron la tierra firme.
Por esta agua que nos baña
nos hemos perdido.
No tenemos nada.
No tenemos nada:
ni cielo, ni tierra,
solamente el agua.
Solamente el agua
y para estarnos en ella
la luz de su teología.
Contacto de cera virgen,
mano que divide el agua,
aliento que hace una letra,
el crisma que sobrenada . . .
Y el círculo y el octógono,
y el pez con el canastillo. . .
Perdimos la tierra firme,
No tenemos nada.
No tenemos nada,
solamente el agua:
este mar no es navegable,
este mar que se dilata . . .
Amigo, ya nos perdimos,
no tenemos nada.
Solamente el agua,
solamente el agua.
Y la Paloma,
y el ancla.
En Villa San José, de Villa Colón, Montevideo, 1943.
Para celebrar el día 27 de Enero.
[1] Dimas Antuña, El Testimonio, Ed. San Rafael, Buenos Aires,1947 pp.255-283.